Raúl Torres me acompaña desde la secundaria, no porque fuera mi compañero de aula o un vecino del barrio (ya quisiera yo), sino porque me fascinaba uno de sus temas, uno de los pocos que conocía, pero que tenía el poder de conmoverme al punto del nudo en la garganta o los pelos de punta; aunque un día dejé de escucharlo porque de tanto ya había perdido la emoción y hube de guardar el casette para que se volviera a añejar en mi memoria y regresara a mí con la nostalgia que me provocó la primera vez. Seguir
Deberes Humanos
Hace 8 años.