miércoles, octubre 29

Una jornada para la solidaridad iberoamericana


Foto 1: Amauris Betancourt
Foto 2: William Rojas
Pasó Ike por Holguín. Y además de los árboles en el piso y las casas sin techo, nos dejó la imposibilidad de hacer la XVI edición de la Fiesta Iberoamericana, pero los holguineros somos testarudos, y en su lugar armamos una Jornada de Solidaridad con los amigos que no cancelaron sus pasajes aún cuando no había Fiesta. Celebramos, además el 16 aniversario de la Casa de Iberoamérica de Holguín.
Desde ocho países llegaron más de 40 delegados. El poeta Ciprián Cabrera, la profesora e investigadora Marcela Caetano, el orador Joe Hayes, la poetisa Katherine Beeman, el fotógrado Christian Fernández, la teatrista Petty Maldonado con sus muchachos del proyecto de Sensibilización Teatral y los amigos del Casal de Amistad con Cuba de Badalona, Barcelona, España, recorrieron los municipios más afectados por el paso del meteoro y brindaron su mensaje de optimismo y amor. Todos juntos se convirtieron en la primera brigada internacional que llegó a Cuba para brindar solidaridad tras Ike.
Conversando con Petty Maldonado. Petty es un nombre raro para estos lares. Sus rasgos indígenas también lo son y más aún ese modo de hablar latinoamericano que de inmediato la ubica en una latitud ajena a la nuestra, pero que sentimos muy cercana. Seguir
Con Christian: todos sueñan lo que son. Quizás Christian Fernández ha querido preguntarles el nombre o hacerse amigo de todas las personas que ha fotografiado. Pero ha tenido que conformarse ya luego de impresa la foto, con sentir cercano a ese extraño que pasó por el lente de su cámara, porque en cada lugar el tiempo solo le da para encuadrar, medir la luz, y obturar. Seguir

Un nuevo rostro para Antilla

Aquí va una actualización para los antillanos que con tanto amor recuerdan a su pueblo, que también es mío, después de Ike.
No parecía posible que un huracán cruzara las tierras del pequeño municipio de Antilla. El 7 de septiembre al final de la tarde, todos veían asombrados cómo se desprendía la primera teja, pero ya con el avance de la noche, perdieron la capacidad de sorprenderse. No había más remedio que esperar al día siguiente. Hasta hoy ha sido largo el camino recorrido desde que los antillanos se despertaron y vieron sus árboles y casas en el piso... Seguir